BAKERSFIELD, CA – En una conferencia de prensa que se llevó a cabo el pasado lunes, 15 de mayo, en la sala de conferencias del Departamento de Salubridad y Asistencia del Condado de Kern, se advirtió a los miembros de la comunidad sobre los peligros y riesgos que corren al comer la comida de vendedores ambulantes que no tienen los permisos de inspección de este departamento.

     No importan si son tacos, elotes, fruta o los perros calientes con tocino, esta es una forma de vida de México y latino américa, y se están viendo más y más en comunidades con altas poblaciones hispanas. Por eso, el Departamento de Salubridad y Asistencia del Condado de Kern está iniciando un operativo en contra de los vendedores ambulantes que no tienen permisos.

     “Recientemente hemos visto un aumento significativo en el número de vendedores de diferentes tipos de alimentos desde la calle en maneras insalubres”, dijo Matt Constantine, director del Departamento de Servicios de Salud Pública. “Estas situaciones representan un gran riesgo para la salud y la seguridad.”

     En respuesta a este problema, Salubridad Pública ha iniciado una nueva campaña llamada “Comidas Seguras en las Calles de Kern “ (Safe Eats in Kern Streets como derivado en inglés), cuya meta es de prevenir los peligros que están asociados con la compra de comida de vendedores ambulantes que no tienen los permisos adecuados y que los preparan en condiciones antihigiénicas. “Estas situaciones presentan un gran riesgo a la salud y a la seguridad” agregó Matt Constantine.

      De esta manera, las autoridades de Salubridad han iluminado varios carteles en la vía pública dando advertencia de que solamente compren comida de los vendedores de demuestren la calcomanía aprobada y que llamen a las autoridades cuando encuentren a vendedores ilegales.   Este año, se han reportado 291 casos de personas que no han manejado comida sanitariamente, dijo el director Constantine, dando a entender que varias de estas quejas provinieron de vendedores que no tienen licencia alguna. Además, Constantine agregó que el riesgo de contaminación es mucho más alto entre los vendedores ambulantes dado que no tienen las facilidades para lavarse las manos. Constantine exclamó, que él personalmente, observó a un vendedor de fruta que estaba utilizando Windex en vez de jabón y agua para lavarse las manos.

     Aparte de no tener las facilidades para lavarse las manos, hay muchos vendedores que no tienen las necesidades básicas para la preparación de comida de una manera sanitaria. “La carne se deja afuera, no tienen refrigeración o electricidad, las mesas están sucias, a lo mismo que sus trastes y utensilios para cocinar, comentó Constantine describiendo las condiciones que él ha visto que los vendedores ambulantes mantienen y que él ha visitado.

     El mes pasado, cuando autoridades de Salubridad salieron a las calles donde se encuentran la mayoría de los vendedores ambulantes, los dueños, al ver a las autoridades, salieron corriendo dejando su tiendita sola y varios de ellos ni se preocuparon a apagar los botes de gas que estaban utilizando para cocinar. Poco después, encontraron a un vendedor de elotes, que tenía una hielera atada a su bicicleta, cuando los inspectores le dijeron que querían ver su cocina, el hombre les dijo que lo siguieran, de pronto, el hombre empezó a pedalear más fuerte hasta que los inspectores le perdieron de vista.

     Muchos de los vendedores utilizan las noches como sus horas de trabajo y para vender la comida que preparan, por eso, los inspectores de salubridad han hecho varios cambios a sus horarios de trabajo para poder encontrar a los vendedores que suelen salir en las tardes. “Estas son personas que trabajan fuerte para ganarse la vida, pero lo tienen que hacer de la forma debida,” comentó Constantine.

     Obtener un permiso no es difícil o caro, aclaró Constantine. Pero la ley estatal limita que tipo de comida se puede vender.  La mayoría debe de cocinarse en una cocina comercial, dando como ejemplo el uso de barriles de aceite utilizados para hacer el chicharrón, los cuales están prohibidos para este uso dado al grado de contaminación.

     “Nuestra meta es de asegurarnos que la comida preparada sin métodos de salubridad no sea servida al público” comentó Constantine. “Queremos trabajar con los vendedores ambulantes, porque nuestras intenciones son de que ellos lleguen al éxito, pero con seguridad”.

  

 

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