Cada vez más mexicanos le están diciendo adiós al presidente Donald
Trump. Algo pasó. En lugar de seguir llegando por millones a Estados
Unidos, se empezaron a ir. En una década, 2 millones de mexicanos
hicieron sus maletas y se fueron del país. Goodbye.
Estos cambios demográficos son muy poderosos. No pasan nada más porque ssí. Les cuento: En el 2007, vivían 6.9 millones de mexicanos
Indocumentados en Estados Unidos. Pero ya para el 2017, había bajado a
4.9 millones de mexicanos, según un extraordinario estudio del Pew
Research Center. Y más se siguen yendo. Ya no quieren vivir en los
Estados Unidos de Trump.
Durante décadas uno de los principales sueños de los mexicanos era
irse a trabajar al norte. Y así se hizo un caminito.
Nueva York se llenó de poblanos y se convirtió en Puebla York. La
Villita en San Antonio, la Plaza Olvera en Los Angeles, Pilsen en
Chicago, Little Oaxaca en el estado de Nueva York y Homestead en la
Florida, por mencionar solo algunos lugares típicos, reemplazaron
temporalmente su idea de México. No era perfecta. Los tacos al pastor,
las enchiladas y el pozole no sabían igual. Pero ayudaba a curar el mal
de distancia.
El sacrificio valía la pena. Habían dejado todo en México: familia,
amigos, casa y su historia amarrada a rincones y olores. Pero a cambio
sus hijos podían tener una vida mejor que ellos y, con suerte y
chambeando muy duro, hasta podían ahorrar para una casa y un retiro más o
menos digno.
Lo de la suerte no es una expresión vacía. Había que tener suerte para
que no te detuvieran en una redada y te deportaran. Pero eran muchos más
los que llegaban y se quedaban.
Poco a poco el caminito al norte se empezó a complicar. Los
presidentes Bill Clinton y George W. Bush construyeron vallas y barreras
en la frontera con México, y enviaron a vigilar a miles de agentes de la
Patrulla Fronteriza. Los actos terroristas del 11 de septiembre del 2001
limitaron la posibilidad de legalizar a los indocumentados. Estados
Unidos restringió su política migratoria para combatir el terrorismo y
los extranjeros todos sufrieron las consecuencias.
La cruzada a Estados Unidos, por ríos, desiertos y montañas, se hizo
cada vez más difícil, y más cara. Los coyotes sacaban una tajada de miles
de dólares con cada inmigrante que cruzaba. Pero lo peor fue que se
terminó esa migración circular que permitía regresar a México en
vacaciones y en navidades. Millones de mexicanos se quedaron atorados en
Estados Unidos. Fin de año ya no era lo mismo, y no se podía regresar
para enterrar a sus muertos.
Y luego llegó el presidente Barack Obama. Apoyaba una reforma
migratoria y le dio DACA a cientos de miles de jóvenes soñadores. Pero en
la práctica deportó a más imigrantes indocumentados (en su mayoría
mexicanos) que cualquier otro presidente estadounidense. Más de 3
millones del 2009 al 2016, según contó el centro Pew. Por eso le llamaban
el Deportador en Jefe.
Eso explica, en parte, por qué tantos mexicanos regresaron a México:
los deportaron. Otros no se quisieron arriesgar a un arresto, no
encontraron los trabajos que querían, y también volvieron con todo y
familia.
Y entonces se apareció Donald Trump, en junio del 2015, bajando por
una escalera eléctrica en su torre dorada en Nueva York. Ahí mismo lanzó
su campaña presidencial acusando falsamente a los inmigrantes mexicanos
de ser criminales, violadores y narcotraficantes. Las cosas solo han
empeorado. Ya con Trump en la Casa Blanca se ha desatado la peor campaña
antiinmigrante desde que la operación Wetback deportó a un millón de
mexicanos en 1954.
¿Por qué tantos mexicanos en Estados Unidos están regresando a México?
Tampoco es que las cosas estén muy bien en México. La criminalidad, por
ejemplo, en un grave problema. ¿Entonces?
Hasta los inmigrantes más desesperados tienen un límite. Décadas de
esperanzas se enfrentaron a muros, redadas, deportaciones, amenazas,
racismo, abusos, promesas incumplidas y ahora a Trump. Y nada va a
cambiar rápidamente en los próximos años. Incluso si los Demócratas
recuperan la Casa Blanca, tomaría años implementar una reforma migratoria
que legalizara a los 10.5 millones de indocumentados de todas las
nacionalidades.
Por eso tantos mexicanos están diciendo: Adiós, Mr. Trump.
Jorge Ramos, periodista ganador del Emmy, es el principal director de
>noticias de Univision Network.